Abstract:
A medida que los versos de Las campanas de Edgar Allan Poe van transcurriendo, la trama se oscurece, se llena de siluetas nocturnas y sugerentes. En cierta forma, funciona como una especie de letargo, de sueño inducido, que en el ocaso de sus visiones se transforma en una pesadilla: el dulce tañido de las campanas, sonoro y hasta colorido al principio, se convierte en sinfonía espantosa y lúgubre, como el martilleo mecánico de una tormenta artificial.